Gracias a procesos y productos modernos, es posible incorporar una barrera horizontal funcional y duradera en cualquier mampostería. Otro problema surge con las paredes externas donde no hay un sello externo vertical contra el suelo húmedo o el agua estancada adyacente. La figura 1 muestra una mampostería sin barreras. El agua puede penetrar en la mampostería tanto desde la zona de los cimientos como desde el suelo húmedo lateral. La figura 2 muestra la mampostería con ambas barreras.

El agua del suelo húmedo de los lados se mantiene alejada de la mampostería mediante el sellado exterior vertical. El agua que sube desde la zona de los cimientos sólo sube hasta la barrera horizontal, que en las casas de nueva construcción consiste en una capa de cartón bituminoso o películas protectoras especiales e interrumpe el efecto de succión. Sin embargo, hasta la barrera horizontal, la mampostería permanece húmeda debido al diseño. Si esta barrera es demasiado alta, es decir, por encima del nivel del suelo, la pared permanecerá húmeda hasta ese punto.

En habitaciones donde es necesario secar esta tira de pared cerca del suelo, esto se puede conseguir creando posteriormente una barrera hidrófoba debajo del cartón bituminoso. Lo más importante antes de cualquier sellado es diagnosticar el daño por humedad para sellar en el lugar correcto y de la manera correcta: ¿es agua ascendente o humedad cruzada, es solo agua capilar o quizás hay daños ocultos por agua a presión? Si ya hay charcos de agua en el sótano, seguramente se trata de daños por agua a presión, lo que no excluye, por ejemplo, humedad adicional ascendente.